Si la semana pasada nos fijábamos en cómo aplicar a primero y segundo de bachillerato las enseñanzas que César Bona aplica sobre los más pequeños, esta semana nos fijamos en otra gran docente que hace de este mundo un lugar un poco mejor. Nos estamos refiriendo a la nueva merecedora del Global Teacher Prize 2017, Maggie MacDonnell, por el impagable trabajo que ha realizado en el seno de la comunidad esquimal inuit, en el ártico canadiense. Aprovechamos este post para felicitar desde aquí al español David Calle, uno de los diez finalistas de esta edición por acercar la educación a mucha más gente.
Con elevadas tasas de suicidios, embarazos adolescentes, drogas y problemas de todo tipo, MacDonnell tuvo que basar su enseñanza en construir en sus estudiantes "resiliencia y confianza en si mismos", guiándoles hacia modos de vida más saludables. Hacer deporte, correr o preparar platos saludables fue parte del camino para combatir los pensamientos suicidas, así como una enseñanza basada en proyectos que pudiera ilusionarles. Algunos de esos proyectos se centraron en el arte, pues esta infatigable docente entendió que era un método muy terapéutico.
Así, Maggie MacDonnell ha sido capaz de comprender la realidad de sus alumn@s, de motivarles, de hacerles creer en si mismos, y ello es lo que tratamos de hacer cada día en Darío Estudio con nuestr@s estudiantes tanto de Bachillerato como de Selectividad, para que puedan alcanzar las metas que se propongan. Profesoras como ésta nos hacen creer en la educación, en que otra educación es posible y necesaria y que, cada día, hemos de preguntarnos cómo podemos mejorar y comprender mejor a nuestr@s jóvenes.
